El pasado lunes 24 de abril tuvimos la oportunidad de adentrarnos en el mundo de los juegos de mesa de la mano de María Samper. Esta profesora de Educación Secundaria -y exalumna de INVTICUA- nos mostró las múltiples ventajas de utilizar la gamificación como recurso didáctico en el aula. Y es que los juegos de mesa no solo pueden ayudarnos a trabajar los contenidos curriculares de una asignatura de forma lúdica, sino que también fomentan la participación activa del alumnado, promueven el trabajo colaborativo, favorecen la socialización y potencian habilidades como la creatividad o el pensamiento deductivo. No cabe duda, por tanto, de que son una excelente herramienta para motivar a los estudiantes y hacer que el proceso de aprendizaje sea más ameno y dinámico.
En mi caso, no tuve la suerte de poder jugar a juegos de mesa en el instituto, pues los profesores apostaban por métodos de enseñanza más tradicionales. Ahora bien, sí que he disfrutado de ellos en mis ratos libres con familiares y amigos. Recuerdo, en este sentido, pasar las navidades en casa de mi abuela jugando al Monopoly, al parchís o a diferentes juegos de cartas con la baraja española, como el mentiroso o la brisca. O aquellas noches de verano en las que mis amigos y yo nos quedábamos hasta las tantas intentando conseguir todos los ‘quesitos’ en el Trivial Pursuit o tratando de cazar al lobo que había estado acechando la aldea de Castronegro con Los Hombres Lobo de Castronegro. ¡Qué buenos momentos!
Dicho esto, y como futura docente de Lengua y Literatura Castellana, me gustaría incorporar los juegos de mesa en la enseñanza de diferentes contenidos de la materia. Por ejemplo, para poner en práctica la escritura creativa, podríamos utilizar el juego Story Cubes. Los alumnos tendrían que tirar los dados y escribir una historia a partir de las imágenes que aparecieran en ellos, atendiendo a las propiedades textuales (coherencia, cohesión y adecuación), al uso adecuado de conectores discursivos y a la corrección gramatical y ortográfica. Asimismo, si queremos que nuestros estudiantes se familiaricen con la literatura del Siglo de Oro y aprendan las figuras literarias propias de la época, podríamos proponerles jugar a El Soneto. Incluso podríamos realizar adaptaciones de algunos juegos clásicos como el Uno o el Party & Co para repasar las clases de palabras o las características de un movimiento literario.
Queda claro, pues, que diversión y aprendizaje son dos de las características que definen a los juegos de mesa. También a Sherlock Holmes: Detective Asesor, el juego que escogí junto a mis compañeras Silvia y Patricia en clase. He de decir que ponernos en la piel del famoso detective Sherlock Holmes e investigar diferentes crímenes ocurridos en el Londres Victoriano nos resultó de lo más interesante y entretenido. La dinámica del juego consistía en leer las pistas de un caso y deducir quién era el culpable, cuál había sido el motivo del crimen y cómo se había llevado a cabo. Nosotras escogimos resolver el asesinato de Courtney Allen y solo puedo decir que el responsable del crimen todavía anda suelto por las calles de la capital inglesa 😪.
Pero, dejando a un lado nuestro estrepitoso fracaso como detectives, consideramos que es un juego que podría ser adecuado para la clase de Lengua y Literatura de Secundaria en tanto que potencia una serie de habilidades relacionadas con la asignatura, como pueden ser la comprensión lectora a la hora de entender el caso y determinar qué información es relevante para la resolución del mismo, la expresión oral para argumentar y justificar las teorías y sospechas que se tienen durante el juego o la interacción oral a través del diálogo que deben mantener los jugadores para llegar a un acuerdo sobre cómo resolver el crimen.
No obstante, también observamos que hay ciertos aspectos del juego que podrían ocasionar problemas a los estudiantes, entre los que cabe destacar la gran cantidad de datos y pistas que se proporcionan y que pueden dificultar la resolución del misterio, su larga duración o los conocimientos previos, pues si no conocen la historia ni los personajes de los libros o la serie de Sherlock pueden tener más dificultad para comprender algunos elementos del juego. Así pues, estamos de acuerdo en que Sherlock Holmes: Detective Asesor puede ofrecer a los alumnos una experiencia educativa enriquecedora, siempre y cuando se adapte a sus características y necesidades.
Esto es todo, amig@s. ¡Hasta la próxima!🙋
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