domingo, 26 de marzo de 2023

Narrativas #INVTICUA23

Durante mi período de prácticas en el IES Les Dunes de Guardamar del Segura (Alicante), he aprendido a observar como docente. Todos sabemos que la observación es fundamental, sobre todo en el ámbito educativo, pues te ayuda a detectar posibles problemas en el alumnado y a comprobar si verdaderamente ha aprendido. Además, esta mirada docente nos permite acercarnos más a nuestros estudiantes, a conocer sus gustos e intereses personales y su compromiso con la asignatura de Lengua y Literatura Castellana. 
Los primeros días de este período fui una alumna más: me dediqué a atender a las clases que impartía mi tutora, analizando su lenguaje verbal (entonación, ritmo), no verbal (gestos, kinésica) y su metodología de enseñanza. Me gustó que, durante sus lecciones, jugara con la entonación para evitar en todo momento un tono unísono y monótono que aburriera a los estudiantes. Asimismo, destaco sus gestos acompañando a sus palabras y su movimiento por toda la clase como una forma de mantener el orden. También su empleo consciente de muletillas (¿verdad?, ¿no?) con el objetivo de captar la atención del alumno y comprobar que ha entendido la información. Sin embargo, su metodología de enseñanza era tradicional: sus lecciones, extraordinarias y claras, acababan siempre en la realización de ejercicios de libros de texto automatizados, sin ningún rastro de las TIC. En este punto de inflexión decidí cuál iba a ser mi pequeño granito de arena. 
Los cursos a los que impartí clase fueron 3.º ESO (dos grupos) y 1.º Bachiller (dos grupos). Además de analizar la competencia docente, valoré la actitud y el comportamiento de estos grupos, llegando a la conclusión de que la mayoría de ellos se inclinaba más por la lengua que por la literatura. Así, cuando tocaba explicar sintaxis, los jóvenes se sentían motivados para realizar el análisis sintáctico de las oraciones e incluso se ofrecían a salir a la pizarra para corregirlas. Quizá esto sucediera porque pasamos de analizar oraciones sin contexto a oraciones con las que el alumno se sintiera más identificado, relacionadas con sus intereses (como, por ejemplo, El concierto de Quevedo se suspendió por las lluvias torrenciales, o incluso inventadas por ellos mismos). No obstante, cuando tocaba impartir literatura, las caras de aburrimiento y los pfff se hacían evidentes. 

A continuación, me centro en los grupos de 3.º ESO para describir y reflexionar sobre dos situaciones de aula, una relacionada con la competencia en comunicación lingüística y otra con la competencia lecto-literaria. 


Competencia en comunicación lingüística

Personalmente, me gusta trabajar esta competencia invitando a los alumnos a reflexionar sobre la lengua. Para ello, opté por los pares mínimos y el análisis inverso, dos formas distintas de trabajar la lengua que captaron la atención de mi alumnado desde el principio. 

Lo primero que hice fue escribir en la pizarra estas cuatro oraciones (o pares mínimos): 



El chico fue muy valiente al decir la verdad

Los valientes son los que saben llorar con la cara descubierta 



¡Qué lista es!

¿Qué lista es?


Al preguntarles en qué se diferencia cada una de ellas, sus caras de extrañeza se vuelven protagonistas. Los ejemplos llaman su atención y eso es bueno, pues ya los tengo “enganchados” y sé que escucharán detenidamente la explicación. Finalmente, cuando descubren que el castellano permite convertir un adjetivo en un sustantivo por medio del artículo –como sucede en (1)–, se sorprenden y verbalizan pensamientos como ¡Es verdad! No me había dado cuenta. Lo mismo ocurre en (2), en el que una misma palabra como lista puede funcionar como adjetivo o sustantivo, variando para ello su significado. Con todo ello, y para no convertir las clases de lengua en unas clases aburridas, me gusta empezarlas de forma inesperada, causando asombro y curiosidad en los jóvenes. 

Con respecto al análisis inverso, esta técnica permite aplicar los conocimientos lingüísticos que se han adquirido a ejemplos concretos, elaborados por los propios alumnos. De este modo, se combinan una dimensión instructiva, normativa, pero también personal o expresiva, fomentando la creatividad del alumno. Un ejemplo de análisis inverso es formar una oración que contenga los siguientes componentes gramaticales: 1) Verbo transitivo, 2) Alomorfo de “le” (CI) y 3) Negación. 

Para conocer el origen de las palabras y enriquecer su léxico, me gusta trabajar con ellos la morfología, pero desde otro enfoque. Pienso que el conocimiento de los compuestos cultos (demo-, bio-, -fobia...), los prefijos (pre-, re-, sub-...) y los sufijos (-ista, -azo, -ita...) les puede dar una pista sobre el significado de la palabra. Esto, sin duda, permite un mejor acceso a la lectura y la escritura y, por extensión, un mayor conocimiento del mundo.


            En mi opinión, es fundamental que los alumnos reflexionen sobre y a través de la lengua para sacarle el mayor provecho y utilidad en la vida real.


Competencia lecto-literaria

Tal y como he expresado anteriormente, la competencia lecto-literaria está menos desarrollada que la lingüística en estos grupos debido a su falta de motivación. Por esta razón, llevé las TIC a las clases de literatura, con el objetivo de captar su atención y convertir la literatura en algo más atrayente para ellos. 

Los contenidos que expliqué estaban relacionados con la lírica renacentista de Garcilaso de la Vega y la novela picaresca El lazarillo de Tormes. Para comenzar, acompañé estas explicaciones con presentaciones de Canva y Prezi, prescindiendo del libro de texto. Tales presentaciones contaban con un diseño atractivo, acompañadas de elementos multimedia y proporcionando una visión más dinámica y sintética de los conceptos teóricos, activando así el interés de los estudiantes. Además, he tratado también que ellos fueran partícipes de la explicación y fomentaran su competencia digital utilizando estos recursos, en este caso para presentar las tres églogas de Garcilaso y los temas del Lazarillo

Tras las explicaciones teóricas en conjunto, les aconsejé que trabajaran con Creately o CmapTools para la realización de esquemas o mapas conceptuales que los ayudaran a aprehender los saberes conceptuales y agilizaran su estudio. 

Durante las sesiones prácticas, he hecho uso de las herramientas educativas Kahoot – para trabajar de forma lúdica las características del Lazarillo– y Educaplay, para resolver crucigramas y sopas de letras sobre la época renacentista. 

Por un lado, trabajamos el soneto XIII de Garcilaso a través de la obra pictórica Apolo y Dafne (1908) de John Waterhouse, buscando relaciones entre texto y cuadro.



      Seguidamente, los alumnos debían responder las siguientes cuestiones sobre el soneto: ¿En qué consiste la metamorfosis de Dafne?, ¿Qué provocan las lágrimas de Apolo?, ¿Qué tienen en común el poeta y Apolo?, ¿Por qué lloran ambos? y, a modo de reflexión, ¿Crees que en este caso el mito está usado como ornamento o como reflejo de la situación del propio poeta? ¿Por qué? Tras contestarlas, les pregunté si habían escuchado el mito antes y si les había gustado la composición poética. Personalmente, considero que es fundamental conocer sus gustos sobre la materia, pues estos nos permitirán reconducir nuestras clases hasta otro enfoque más significativo y funcional. Además, les permití el uso de móviles para buscar en Internet en qué tipo de árbol se transforma Dafne.

Al vincular poesía con pintura observé en los alumnos un mayor interés por la actividad y un mayor grado de participación. Por ello, decidí, para trabajar el soneto XXIII de Garcilaso, empezar mi clase con este vídeo de Youtube: se trata del poema recitado por el cantante Santiago Auserón, quien participa en el proyecto “Amamos la poesía” de la Real Academia Española. 

El visionado del vídeo nos permite captar la atención del alumnado para luego trabajar el texto en clase. Tras las preguntas de comprensión, decidí trabajar el ideal de belleza femenina y el tópico literario collige, virgo, rosas con la canción “Eres tú” de la película La bella durmiente. La princesa Aurora representa perfectamente este ideal renacentista, además su juventud y jovialidad se hacen evidentes en el videoclip. Se trata pues de reconectar la educación con la realidad de los estudiantes. 

Finalmente, me he servido de la técnica del folio giratorio para trabajar un fragmento del Lazarillo. De esta manera, mis alumnos han podido trabajar en grupo, siendo capaces de hacer una puesta en común y resolver la tarea. Tras la reflexión de varios episodios de la obra (Lazarillo y el vino, Lazarillo y la llave…), les pedí que realizaran una infografía en Canva sobre su episodio favorito y lo expusieran oralmente al resto de la clase. 

En definitiva, mi período de prácticas en el IES Les Dunes me ha permitido desarrollar una mirada docente y crítica de la situación educativa. Conviene adaptarnos a los cambios de la sociedad y a las necesidades de nuestro alumnado, y eso requiere cambiar la didáctica de la lengua y la literatura. Nuestra labor es, por tanto, esa: observar el compromiso de los estudiantes con nuestra asignatura, innovar y cambiar los métodos de enseñanza. Todo ello con el fin de conseguir un aprendizaje significativo. 

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