A continuación, me centro en los grupos de 3.º ESO para describir y reflexionar sobre dos situaciones de aula, una relacionada con la competencia en comunicación lingüística y otra con la competencia lecto-literaria.
Competencia en comunicación lingüística
Personalmente, me gusta trabajar esta competencia invitando a los alumnos a reflexionar sobre la lengua. Para ello, opté por los pares mínimos y el análisis inverso, dos formas distintas de trabajar la lengua que captaron la atención de mi alumnado desde el principio.
Lo primero que hice fue escribir en la pizarra estas cuatro oraciones (o pares mínimos):
El chico fue muy valiente al decir la verdad
Los valientes son los que saben llorar con la cara descubierta
¡Qué lista es!
¿Qué lista es?
Al preguntarles en qué se diferencia cada una de ellas, sus caras de extrañeza se vuelven protagonistas. Los ejemplos llaman su atención y eso es bueno, pues ya los tengo “enganchados” y sé que escucharán detenidamente la explicación. Finalmente, cuando descubren que el castellano permite convertir un adjetivo en un sustantivo por medio del artículo –como sucede en (1)–, se sorprenden y verbalizan pensamientos como ¡Es verdad! No me había dado cuenta. Lo mismo ocurre en (2), en el que una misma palabra como lista puede funcionar como adjetivo o sustantivo, variando para ello su significado. Con todo ello, y para no convertir las clases de lengua en unas clases aburridas, me gusta empezarlas de forma inesperada, causando asombro y curiosidad en los jóvenes.
Con respecto al análisis inverso, esta técnica permite aplicar los conocimientos lingüísticos que se han adquirido a ejemplos concretos, elaborados por los propios alumnos. De este modo, se combinan una dimensión instructiva, normativa, pero también personal o expresiva, fomentando la creatividad del alumno. Un ejemplo de análisis inverso es formar una oración que contenga los siguientes componentes gramaticales: 1) Verbo transitivo, 2) Alomorfo de “le” (CI) y 3) Negación.
Para conocer el origen de las palabras y enriquecer su léxico, me gusta trabajar con ellos la morfología, pero desde otro enfoque. Pienso que el conocimiento de los compuestos cultos (demo-, bio-, -fobia...), los prefijos (pre-, re-, sub-...) y los sufijos (-ista, -azo, -ita...) les puede dar una pista sobre el significado de la palabra. Esto, sin duda, permite un mejor acceso a la lectura y la escritura y, por extensión, un mayor conocimiento del mundo.
En mi opinión, es fundamental que los alumnos reflexionen sobre y a través de la lengua para sacarle el mayor provecho y utilidad en la vida real.
Competencia lecto-literaria
Tal y como he expresado anteriormente, la competencia lecto-literaria está menos desarrollada que la lingüística en estos grupos debido a su falta de motivación. Por esta razón, llevé las TIC a las clases de literatura, con el objetivo de captar su atención y convertir la literatura en algo más atrayente para ellos.
Los contenidos que expliqué estaban relacionados con la lírica renacentista de Garcilaso de la Vega y la novela picaresca El lazarillo de Tormes. Para comenzar, acompañé estas explicaciones con presentaciones de Canva y Prezi, prescindiendo del libro de texto. Tales presentaciones contaban con un diseño atractivo, acompañadas de elementos multimedia y proporcionando una visión más dinámica y sintética de los conceptos teóricos, activando así el interés de los estudiantes. Además, he tratado también que ellos fueran partícipes de la explicación y fomentaran su competencia digital utilizando estos recursos, en este caso para presentar las tres églogas de Garcilaso y los temas del Lazarillo.
Tras las explicaciones teóricas en conjunto, les aconsejé que trabajaran con Creately o CmapTools para la realización de esquemas o mapas conceptuales que los ayudaran a aprehender los saberes conceptuales y agilizaran su estudio.
Durante las sesiones prácticas, he hecho uso de las herramientas educativas Kahoot – para trabajar de forma lúdica las características del Lazarillo– y Educaplay, para resolver crucigramas y sopas de letras sobre la época renacentista.
Por un lado, trabajamos el soneto XIII de Garcilaso a través de la obra pictórica Apolo y Dafne (1908) de John Waterhouse, buscando relaciones entre texto y cuadro.
Seguidamente, los alumnos debían responder las siguientes cuestiones sobre el soneto: ¿En qué consiste la metamorfosis de Dafne?, ¿Qué provocan las lágrimas de Apolo?, ¿Qué tienen en común el poeta y Apolo?, ¿Por qué lloran ambos? y, a modo de reflexión, ¿Crees que en este caso el mito está usado como ornamento o como reflejo de la situación del propio poeta? ¿Por qué? Tras contestarlas, les pregunté si habían escuchado el mito antes y si les había gustado la composición poética. Personalmente, considero que es fundamental conocer sus gustos sobre la materia, pues estos nos permitirán reconducir nuestras clases hasta otro enfoque más significativo y funcional. Además, les permití el uso de móviles para buscar en Internet en qué tipo de árbol se transforma Dafne.
Al vincular poesía con pintura observé en los alumnos un mayor interés por la actividad y un mayor grado de participación. Por ello, decidí, para trabajar el soneto XXIII de Garcilaso, empezar mi clase con este vídeo de Youtube: se trata del poema recitado por el cantante Santiago Auserón, quien participa en el proyecto “Amamos la poesía” de la Real Academia Española.
El visionado del vídeo nos permite captar la atención del alumnado para luego trabajar el texto en clase. Tras las preguntas de comprensión, decidí trabajar el ideal de belleza femenina y el tópico literario collige, virgo, rosas con la canción “Eres tú” de la película La bella durmiente. La princesa Aurora representa perfectamente este ideal renacentista, además su juventud y jovialidad se hacen evidentes en el videoclip. Se trata pues de reconectar la educación con la realidad de los estudiantes.
Finalmente, me he servido de la técnica del folio giratorio para trabajar un fragmento del Lazarillo. De esta manera, mis alumnos han podido trabajar en grupo, siendo capaces de hacer una puesta en común y resolver la tarea. Tras la reflexión de varios episodios de la obra (Lazarillo y el vino, Lazarillo y la llave…), les pedí que realizaran una infografía en Canva sobre su episodio favorito y lo expusieran oralmente al resto de la clase.
En definitiva, mi período de prácticas en el IES Les Dunes me ha permitido desarrollar una mirada docente y crítica de la situación educativa. Conviene adaptarnos a los cambios de la sociedad y a las necesidades de nuestro alumnado, y eso requiere cambiar la didáctica de la lengua y la literatura. Nuestra labor es, por tanto, esa: observar el compromiso de los estudiantes con nuestra asignatura, innovar y cambiar los métodos de enseñanza. Todo ello con el fin de conseguir un aprendizaje significativo.
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