Te despiertas por la mañana y, como si de un periódico se tratara, vas deslizando la pantalla de Twitter en busca de los tuits más interesantes: noticias de última hora, curiosidades lingüísticas, memes... Así comienzo mis días, abriendo esta red social que lleva conmigo desde mayo de 2012, y en la que, además de divertirme, aprendo. Aprendo, en parte, gracias a la curiosidad de aquellas personas que se atreven a verbalizar sus dudas lingüísticas mientras esperan respuesta de cuentas como la de la Real Academia Española o la de la Fundéu. Estas dos aplicaciones también forman parte de mi vida desde hace tiempo: la RAE desde Bachillerato, época en la que me aficioné, hasta día de hoy, a consultar su apartado "Palabra del día" (la de hoy es minisúper 😁); y la Fundéu mientras cursaba primero de Periodismo (os aconsejo escribirles en caso de que tengáis alguna duda ortográfica o gramatical, ya que contestan superrápido).
Otras redes sociales que visito habitualmente y que forman parte de mi entorno personal de aprendizaje son TikTok e Instagram. Por un lado, gracias a TikTok, he podido tomar como ejemplo algunas ideas que he llevado al instituto durante mi período de prácticas, como calificar con memes o aplicar los trucos de @tuprofesoradelengua. Por otro, Instagram me ha permitido descubrir a profesionales de la educación como Ángel J. Gallego (@angallego_), con sus maravillosos pares mínimos (también algunos aplicados en mis clases), o Rodrigo (@lenguayele), con sus consejos sobre docencia y sus explicaciones acerca del significado de algunos refranes populares o insultos.
Durante mis prácticas en el IES, he empleado varias herramientas digitales con el objetivo de hacer más atractivo el contenido y captar así la atención del alumnado. Me considero de las personas que creen que enseñar y aprender van íntimamente ligadas al entretenimiento, por lo que mis presentaciones y actividades en el aula han contado con todo tipo de recursos multimedia: imagen, vídeo, música, gif... Concretamente, para mis presentaciones sobre los movimientos literarios, autores y obras, he ido alternando Canva y Prezi. Ambas plataformas te permiten añadir elementos multimedia y proporcionan una visión más dinámica y sintética de los conceptos teóricos, activando de este modo el interés de los estudiantes. Por su parte, para las actividades que se han llevado a cabo en clase, me he servido de las siguientes herramientas educativas: Educaplay (empleo de crucigramas y sopas de letras sobre la época renacentista), Genially (uso de Palabra secreta, similar al Pasapalabra, para trabajar los tiempos verbales) y Kahoot (preguntas sobre sintaxis y sobre las características de El lazarillo de Tormes). Conviene señalar que estas tres herramientas tecnológicas las conocí por primera vez el año pasado, mientras cursaba la asignatura de TIC en el último año de carrera. Con todo ello, he tratado también de que mis alumnos fomentaran su competencia digital utilizando estos recursos para las presentaciones individuales sobre sus gustos y aficiones, así como para la creación de esquemas o mapas conceptuales, que ayudan a aprehender los saberes conceptuales y que, por supuesto, agilizan su estudio (con Creately o CmapTools).
Para finalizar, me gustaría dedicar un espacio a las herramientas digitales que empleo durante mi formación académica y de pre-investigación. El año pasado, debido a la elaboración de mi TFG, trabajé con datos extraídos de diferentes corpus, sobre todo del CDH y del CORPES XXI. Estos datos quedaron registrados en tablas y gráficos que realicé con la hoja de cálculo Microsoft Excel. El uso, tanto de los corpus como del Excel, sigue vigente a día de hoy y espero seguir aprovechándolo en el futuro. En la actualidad, me gusta trabajar con Google Scholar y Dialnet, curiosear en la página web de ELUA 👀 y continuar aprendiendo con Blogger. ¡Saludos! 👋
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